La Educación y los Tres Caballeros del Conocimiento…
La Educación y los Tres Caballeros del Conocimiento…
Cuenta la leyenda que, en sus
inicios y cuando apenas el hombre empezaba a pensar en eso que se llama pensar,
el desorden de ideas se apoderó de la humanidad, todos creían tener la razón y
llevar la verdad absoluta en sus manos. Por eso los enfrentamientos entre los
nuevos seres que pensaban acerca del pensar no se dieron a esperar, tan
violentos ocurrieron que civilizaciones completas fueron arrasadas en su
totalidad enterrando con ellas ideas que tal vez eran más valederas que las de
aquellos que ganaron la guerra.
Pero Dios estaba observando, y luego
de una reunión extraoficial con todo su grupo de querubines, ángeles y demás
habitantes del paraíso decidió enviar a la Tierra al que creyó sería el único
de los ángeles que, en representación suya, podía detener ese flagelo que se
estaba presentando y que continuaba sin control alguno, avanzando hasta lo que
podría ser la extinción de su más grande creación.
-¡Educación!- dijo el Señor -Llegó
la hora de mostrarle a la humanidad que no todo lo que hacen está bien, que la
verdad no está en manos de ellos y que aún tienen mucho que aprender para
lograr su independencia.
No había nada que decir, así que
agarró sus armas y saltó en picada rumbo a la Tierra para organizar lo que se
había ido descontrolando durante siglos de humanidad. Y se subió a lo más alto,
de lo que hasta ese momento se consideraba lo más alto y habló con voz
imponente a todos los hombres (en la actualidad se diría a los hombres, mujeres
y demás, por aquello de la igualdad de género)
-En nombre de aquel que me ha
mandado y cumpliendo su voluntad vengo a impartir el orden.
¿Quién es usted? ¿Quién lo mandó? ¿Acaso
hay desorden aquí? Dijeron los incrédulos que creían saberlo todo.
-Yo soy Educación, uno de los que habita en el cielo, y de ahora en
adelante seré un proceso mediante el
cual la sociedad favorecerá, de modo intencionado, el crecimiento de sus
miembros, siempre interactuando con el medio social. Y digo intencionado porque los procesos siempre
persiguen un fin establecido en cada grupo social. Por tanto, seré siempre y
fundamentalmente una práctica social, que responda o ayude a formar a la
persona, una visión de cómo conocer al mundo y la sociedad en la que desplieguen
su educabilidad.
El silencio se apoderó de todos los
presentes porque nunca habían escuchado esas palabras y esa forma de hablar tan
certera…
-Además, yo, correspondo a un verdadero proceso dialéctico de socialización,
para que me entiendan, les ayudaré en la
interiorización de los elementos socioculturales esenciales del medio, pero
además, soy autonomización, porque dejaré que ustedes sean críticos y que tengan
autonomía personal, pero cuidado, que esa autonomía va a estar dentro de los
límites que cada grupo social tiene establecidos para sus individuos…
Una ovación se escuchó hasta los
confines más alejados del universo. Y así se cumplió, durante siglos la palabra,
la humanidad vivió en paz y en calma porque no había necesidad de cuestionarse
respecto a lo que el ángel había dicho alguna vez. Pero el equilibrio se rompió,
las dudas aparecieron de nuevo, el deseo de saber sobre el saber fue más fuerte
que las palabras del alado que vivía entre ellos, dentro de ellos, sobre ellos,
arriba de ellos… Y de nuevo el caos inició su carrera en contra de lo que
Educación había propuesto a los hombres.
Pero de nuevo Dios estaba allí,
miles de años después, pendiente de los que llamaba sus hijos terrenales y
envió a la Tierra a los Otros Tres, a los que fueron llamados Caballeros del
Apocalipsis, y no porque lo hayan impuesto a la humanidad, sino porque la
sacaron de allí. Uno a uno cayeron sobre lo que ahora era llamado lo más alto
entre lo más alto que se conocía y así hablaron a los discípulos, a los
incrédulos, a los crédulos y a los que sólo iban por ahí esperando que algo los
sacara de su vacío intelectual.
-He aquí ante ustedes a Pedagogía,
compañero celestial de Educación y servidor del Señor, estaré ahí cuando reflexionen sobre Educación, cuando el saber educar
implícito e intuitivo de toda sociedad, que se puede formar de forma artesanal,
es decir haciendo, se convierta en un saber sobre y desde la educación, tengan
en cuenta el para qué y el por qué, sus cómo, sus cuándo, sus con quién, sus
hacia dónde. Tengan en cuenta que para engrandecerme se hará necesario la
sistematización del saber, de mis modelos, métodos y procedimientos, y la
delimitación de mi objetivo concreto; mejor dicho mi configuración como
disciplina teórico-práctica, como teoría de la práctica educativa, de la
educación.
Luego un ser alado de igual
luminosidad, pero menor en tamaño se dirigió a la humanidad, con voz suave y
armoniosa, casi enamoradiza.
-Yo soy la Enseñanza y correspondo a un aspecto concreto del
quehacer de Educación, y así como Educación se refiere a la persona como un
todo, y su práctica se diluye en el conjunto de la sociedad, yo,
Enseñanza, como practica social concreta
implico institucionalizar el quehacer educativo, sistematizarlo y ordenarlo en
procesos deliberados de enseñanza aprendizaje. Conmigo no sólo se concentrará
el quehacer educativo en tiempos y espacios fijados, sino que, al interior de
ellos, normalizaré el acto instruccional, o si lo quieren llamar clase que así
sea. Pero recuerde que yo, Enseñanza, no soy sólo transmisión de conocimientos
en un acto instruccional, sino que, además, me convertiré en una involuntaria
transmisión de sentimientos, fijados dentro de los límites del respeto, entre
docentes y sus aprendientes, casi que siendo esto lo que ayude a que mi labor
tenga éxito.
Después fue el turno de Didáctica,
quien, con la misma contundencia de su angelical compañera Enseñanza dijo a los
hombres.
-Me llaman Didáctica porque tematizo el proceso de instrucción y
orientación de sus métodos, estrategias y eficiencia, porque estoy orientada
por una teoría pedagógica. Me atrevo a decir que dentro de la pedagogía soy las técnicas, métodos y/o acciones
utilizadas por los educadores, creadas y aplicadas dependiendo del contexto en el que se
desenvuelvan, para lograr el acercamiento de sus aprendices a un verdadero aprendizaje
significativo que pueda ser puesto en práctica o aplicado en su cotidianidad
(cas, calle, barrio, ciudad, pueblo…)
Cada una de los enviados, logró
calar en aquellos que a sus pies cayeron, pero el hombre, impulsado por la
naturaleza curiosa que El Altísimo había puesto en él, decidió que la verdad no
estaba dicha y que de una u otra forma seguiría adelante, buscando siempre
cuestionar aquello que se diera como cierto, hasta encontrar un punto de
equilibrio entre la duda y lo que se proponía como respuesta…
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