Viaje para no olvidar... Un poquito de erotismo y morbo...
VIAJE PARA NO OLVIDAR
Acostumbraba a tomar clase de economía los
sábados hasta el medio día. Salí de ella y caminé hasta el tranvía para
regresar a casa, escuchaba algo de música de la vieja guardia del rock
americano y europeo. Con dificultad logré quedar dentro de uno de los vagones,
no cabía una persona más en él. Las puertas se cerraron y me empujaron con
fuerza enviándome directo hasta ella, busque rápidamente de dónde sujetarme
antes del arrancón, como pude por el entramado de brazos y manos encontré un
lugar para aferrarme, ella se sujetaba de tal manera que me rodeaba
completamente con sus brazos. El tranvía arrancó, por los movimientos el
espacio se reducía a cada momento, ella se oprimía contra mí, su pecho era
duro, pero siempre miraba hacia un lado, yo sentía su corazón palpitar y la
forma intencionada cómo se sujetaba para estar cerca de mi cuerpo. Estaba
nervioso, hacía mucho tiempo que no sentía un cuerpo distinto al de todas las
noches junto a mí. El tranvía frenó con violencia y tuvo que sujetarse de mi
cintura para no caer contra la multitud; sin embargo, no me miraba a los ojos,
me exalté más, tenía miles de ideas en la cabeza y no sabía con cuál de ellas
iniciar una conversación. Se volvió a asegurar de ambos costados y otra vez me
rodeó, volteé el rostro y le olí el cabello, además era suave. Desde arriba
trataba de mirarla a los ojos, pero las pestañas largas que tenía los escondía,
de nuevo su pecho, tuve que agarrarme con fuerza y no pude evitar una leve
erección, sentí un nudo en la garganta, lo pensé por un momento, era hora de
hablarle, luego de la primera parada con más espacio para las palabras lo
haría. Disfruté de su roce cada segundo y por su respiración sé que ella
viajaba igual.
Acomodé mis ideas y quedé listo para
hablarle, íbamos llegando a la primera parada, tanta gente bajó que nos
separaron, ella por un costado y yo por el otro, la busqué con desespero entre
la multitud, corrí hasta el vagón lleno de esperanza, no estaba por ningún
lado. Sillas vacías y de nuevo en movimiento, mientras aumentaba la velocidad,
la vi a través de la ventana, entre la multitud buscando afanosamente a
alguien…
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