De Sabine Jasbón... Éxtasis...

ÉXTASIS...

Desear, deseo, deseamos todos que eso dure para siempre, que podamos seguir viviendo en ese campo lleno de rosas. El estar drogado no le llega ni a los talones a aquella sensación, esa sensación que llaman amor.
Puede que no lo haya dado todo, pero si de algo estoy segura es que nos transporta, nos deja ciegos, nos hace creer de nuevo. No todo es como lo pintan.
Y aquella criatura salvaje que me hizo creer de nuevo se escapaba de mi mundo surreal y volaba a otros, pero me llamaba desde su espacio, desde su luna y, ni siquiera me di cuenta que me había robado la mía. Aún en estos momentos mi firmamento esta completamente negro, la luz se ha ido, no sé si quiero que me la devuelva, ya no va a ser roja, solo gris, dicen que éste tiene un poco de todos los colores, me puedo hundir en deleite.

Me consideraba varias personas, creía que nada de lo que pasaba en mi interior se iba a salir de mi control, pero mira como nos equivocamos siempre, yo, salvaje, termine dominada por algo invisible, algo que no podía tocar, nunca lo haré, siempre será un sueño lejano que me puede provocar muchos placeres, pero solo será eso, una fantasía y, donde mire se reproduce una y otra vez, como una película, me gusta pensar que la mía no ha llegado a su final, es solo el comienzo, es la escena uno, los guiones se encuentran en el mar, flotando a la deriva, he navegado por mucho tiempo buscando la línea que sigue, todos lo hacemos, solo que la tormenta es más fuerte que nuestros inútiles intentos de conquista, el destino es más grande que nosotros. Cuando sea momento de leer la siguiente escena supongo que una ola traerá lo que deba saber... Por ahora viajo con un león, una fiera hambrienta, insaciable, que carga, tal vez, un Re, un Do o un Sol, el Sol es la nota que se queda en mi cabeza y mi voz lo retrata perfectamente, quiero que sea un gruñido gutural pero el intento es fallido, solo suena como el canto de un náufrago y eso es lo que soy cuando se acerca la noche sin luna,  alguien que vaga por el mundo, dejando que la vida pase, a veces no sé si me dejo morir lentamente, puede que sea una posibilidad ¿Hasta qué grado de locura puede sonarme atractiva la idea?

La luna debe estar en la fase roja, como el color de mi luna, como el color de la sangre fría, según algunos, corre por mis venas.

SABINE JASBÓN 11º GRADO

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